Discurso del padrino

Discurso del LCC Fernando Curi, padrino de la V Generacón de Licenciados en Ciencias de la computación durante la ceremonia de graduacion el 14 de abril de 1996.


Contador Carlos Pasos, Rector de la Universidad Autónoma de Yucatán,
Ingeniero Renán Ruiz, Director de la Facultad de Matemáticas,
Jóvenes de la V generación de Lic. en Ciencias de la Computación,
Señoras y Señores, Buenas Noches.

Antes que nada, quisiera agradecer, en nombre de las maestras Dulce García y Lucy Torres, habernos permitido apadrinar a este grupo de jóvenes, y acompañarlos en uno de los momentos más importantes de sus vidas: la conclusión de sus estudios superiores.

Iniciar una obra es cosa relativamente fácil, basta con avivar un poco el fuego del entusiasmo. Perseverar en ella hasta el éxito es cosa diferente, eso ya requiere continuidad y esfuerzo. Comenzar está al alcance de todos, continuar distingue a las personas de carácter. Por eso, la médula de toda obra, desde el punto de vista de su realización práctica, es la perseverancia, virtud que consiste en llevar las cosas hasta el final.

Llegar hasta este momento de sus vidas ha sido una de las tareas que ha requerido de mucho esfuerzo, esfuerzo que han realizado sus padres, a los cuales felicitamos y reconocemos el trabajo y la lucha que realizan día a día en apoyo al logro de las metas que sus hijos se han trazado, esfuerzo que han realizado los maestros y autoridades de la Facultad y de la Universidad para proveerles de la mejor preparación académica posible, y sobre todo, esfuerzo que han realizado ustedes, en su afán de preparase para que con su trabajo y labor contribuyan al desarrollo de nuestra sociedad.

Debido a que la computación poco a poco se introduce como herramienta para el desarrollo de todas las actividades productivas y recreativas del ser humano, y que además evoluciona tecnológicamente a pasos agigantados, es nuestro deber como profesionales en el área mantenernos en constante actualización para responder satisfactoriamente a los requerimientos que la sociedad por medio del trabajo que desempeñemos nos solicite.

Por esto este es el inicio de una nueva etapa. En esta etapa, la participación, el trabajo y el servicio deben ser la pauta en las actividades de nuestra vida diaria, en la búsqueda del éxito y la felicidad.

Para lograr el éxito debemos tener fe en nuestros propios esfuerzos y hacer bien lo que debemos hacer, no lo que queremos hacer. Los que triunfan no son los que no se equivocan, sino los que aprenden de sus errores y no se envanecen de sus victorias. Cometiendo errores es casi la única manera de aprender algo, y no importa tanto si las cosas que hagamos salen bien o mal, lo importante es hacer nuestro mejor esfuerzo para conseguirlas. Hagan lo que merezca recompensa, pero no pretendan obtenerla. No es más feliz el que más tiene, sino el que menos envidia.

Seamos parte activa de la transformación y desarrollo de nuestra comunidad. La participación es la tribuna que permite desarrollarnos y proyectarnos dentro de la sociedad, es por tanto, a través de la participación como tendremos la oportunidad de ser causa y no efecto del proceso social. Nadie que no participe tiene derecho a criticar la obra de los demás, pero ninguna autoridad tiene el derecho a impedir o limitar la participación de las personas. La participación enriquece, la abstención mutila. El que participa está expuesto a cometer errores, pero siempre serán mayores los pecados de omisión que los de acción. El hombre será juzgado tan severamente por el bien que pudo haber hecho y no hizo, como por el mal deliberado que pueda haber cometido. Participar es ser parte, no tomar una parte, esto es compartir. Participar enriquece, compartir empobrece. Participar es propio de ser, compartir es propio de tener, el hombre vale realmente por lo que es y no por lo que tiene. Lo que se puede participar tiene valor, lo que se puede compartir tiene precio, lo que realmente tiene valor no tiene precio, y el hombre que tiene precio no tiene valor.

Jóvenes, han finalizado una etapa importante en su formación como personas y como profesionistas, pero inician otra la cual tiene la misma o mayor importancia en su formación como ciudadanos integrantes de una sociedad, pongan su mejor esfuerzo en sus actividades para el logro de sus nuevas metas, prepárense para enfrentar los nuevos retos que se les presenten y no dejen pasar las oportunidades que se crucen por su camino, pues escasean, y participen activamente en el fortalecimiento y desarrollo de su familia y su comunidad.

Felicidades padres de familia, pues hoy obtienen los primeros frutos del esfuerzo invertido en sus hijos. Dicen que no hay quinto malo y les puedo asegurar que esta no es la excepción. Felicidades jóvenes de la quinta generación de licenciados en ciencias de la computación. Muchas gracias.


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